Cuando el intestino habla, las hormonas responden
Introducción
El tracto gastrointestinal está repleto de microorganismos de numerosos géneros, conocidos como microbiota intestinal. Esta microbiota tiene múltiples efectos en muchos órganos del cuerpo, incluyendo el cerebro. Existe una conexión bidireccional entre el intestino y el cerebro llamada eje intestino-cerebro, y estas conexiones se forman a través de vías inmunológicas, neuronales y neuroendocrinas. Además, la microbiota intestinal modula la síntesis y el funcionamiento de los neurotransmisores. Por lo tanto, la alteración de la composición o función de la microbiota intestinal, conocida como disbiosis, se asocia con la patogénesis de muchos trastornos mentales, como la esquizofrenia, la depresión y otros trastornos psiquiátricos.
¿Cuál es la diferencia entre Síndrome Premenstrual y Trastorno Disfórico Premenstrual?
El Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM) es la forma más grave del Síndrome Premenstrual (SPM), y se distingue por ser un desorden severo del estado de ánimo caracterizado por alteraciones cognitivas, afectivas y físicas que significativamente influye en las labores diarias causando un deterioro funcional y en las relaciones personales, los siete días antes del inicio de la menstruación (Bosman et al., 2016).
¿Microbiota, eje intestino-cerebro y estroboloma?
El eje intestino-cerebro, tiene una comunicación bidireccional entre el intestino (y su microbiota) y el sistema nervioso central, mediada por vías neuroendocrinas, inmunes, metabólicas y nerviosas.
La microbiota intestinal desempeña un papel fundamental en la producción de sustancias químicas, como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y los neurotransmisores producidos por esta, influyendo directamente en la función cerebral (Stopińska et al., 2021).
Y el estroboloma, ese conjunto de bacterias intestinales implicadas en el metabolismo y modulación del estrógeno, por su capacidad para producir enzimas como la β-glucoronidasa, ayudando a desconjugar estrógeno en el intestino, permitiendo su recirculación, donde depende un desequilibrio microbiano (disbiosis), afectaría diversas funciones corporales (Hu et al., 2023).
¿Cómo podría la microbiota intestinal influir en los síntomas del TDPM?
Inflamación sistémica y permeabilidad intestinal.
La disbiosis puede comprometer la barrera intestinal, permitiendo la translocación de lipopolisacáridos (LPS) u otros metabolitos inflamatorios hacia la circulación.
Esta activación del sistema inmune puede generar inflamación de bajo grado que afecta el sistema nervioso central y la modulación hormonal, contribuyendo a los síntomas emocionales (Kransel et al., 2024).
Producción de metabolitos neuroactivos y modulación del ánimo.
Algunas bacterias producen o regulan neurotransmisores (serotonina, ácido gamma-aminobutírico, dopamina) o precursores (triptófano) que influyen el estado de ánimo y la respuesta al estrés. Un ejemplo, los metabolitos de ácidos grasos de cadena corta como el butirato, tienen efectos antiinflamatorios y neuroprotectores que podrían amortiguar síntomas emocionales (Qi et al., 2021).
Modulación del estroboloma.
La microbiota intestinal participa en la desconjugación de estrógenos excretados por el hígado, facilitando su reabsorción. Esto puede alterar los niveles estrogénicos sistémicos. Un desequilibrio en el estroboloma podría favorecer justamente esas fluctuaciones hormonales durante la fase lútea del ciclo (Kransel et al., 2024).
Aunque estas hipótesis aún están bajo estudio, apuntan a una conexión real entre la microbiota intestinal y su influencia en el TDPM.
Evidencia científica: microbiota y TDPM
Aunque la investigación sobre TDPM es todavía escasa, existen estudios observacionales y revisiones que nos dan algunas sugerencias relevantes:
En un estudio en Japón, se observó que el género Collinsella, estaba fuertemente asociado con la presencia del SPM en un grupo de mujeres, sugiriendo que esta bacteria podría tener relevancia en la fisiopatología del SPM. Concluyendo que los prebióticos específicamente Collinsella, podrían ser eficaces para prevenir, mejorar y aliviar el SPM (Okuma et al., 2022 ).
Un artículo estudia la asociación entre la microbiota y trastornos menstruales, se reconoce que diferentes géneros microbianos podrían tener efectos protectores o de riesgo para alteraciones menstruales (Yao et al., 2024).
Takeda y colaboradores realizaron un estudio comparativo entre mujeres con síntomas premenstruales que interferían con la vida social y grupo control sin síntomas severos. Encontraron diferencias en la composición microbiana intestinal entre grupos, con una relación significativa entre la severidad de los síntomas y la abundancia de ciertos géneros bacterianos (Takeda et al., 2022).
Estos son solo algunos trabajos que nos indican la existencia de las mujeres con síntomas premenstruales presentando un perfil microbiano distinto al de las que no los padecen, aunque no se ha establecido aún una cepa, género o especie microbiana especifica para tratamiento de TDPM.
Intervenciones integrales
- Procurar una dieta alta en fibra prebiótica (frutas, verduras, leguminosas, cereales integrales).
- Incluir alimentos altamente fermentables como kéfir, yogurt, chucrut, kombucha, entre otros, para el aporte de probióticos naturales.
- Evitar alimentos procesados, azúcares refinados, grasas saturadas y consumo excesivo de alcohol, así como procurar hábitos de sueño y estrés saludables, pues estos favorecen la disbiosis intestinal.
- Actividad física moderada para promover la diversidad microbiana y reducir la inflamación, así como promover la relajación.
- Algunos estudios preliminares sugieren que las cepas Lactobacillus y Bifidobacterium podrían aliviar síntomas del SPM/TDPM al modular la microbiota, reducir inflamación e influir en la producción de neurotransmisores (Priyadharshini et al., 2025).
- Consumo de nutrientes como vitamina B6 (≥50mg/día), calcio (≥1000mg/día) y zinc (≥30mg/día) pueden reducir síntomas psicológicos del PMS (Robinson et al., 2025).
Conclusión
Aunque aún no hay suficiente evidencia, los estudios existentes apuntan a que la composición de la microbiota, su capacidad metabolizadora, su rol en la inflamación y su relación con el eje intestino-cerebro pueden explicar en cierta parte los síntomas (emocional, cognitivo, físico) del TDPM. En cierta parte, la microbiota intestinal representa un factor importante con una gran influencia en los síntomas del Trastorno Disfórico Premenstrual.
No obstante, debemos recalcar que aún se necesita realizar más investigación y ensayos clínicos para confirmar la relación y poder hacer utilización de cepas específicas para el tratamiento integral en las pacientes con este padecimiento.
Elaboró:
Heidi Y. Galindo Salvador.
Licenciada en Nutrición. Certificada en Nutrición para Síndrome de Ovario Poliquístico y Endometriosis por IINED® y la Alianza de Nutrición y Salud Hormonal®.
Referencias
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- Jazz Robinson, Amy Ferreira, Marina Iacovou, Nicole J Kellow. (2025). Effect of nutritional interventions on the psychological symptoms of premenstrual syndrome in women of reproductive age: a systematic review of randomized controlled trials, Nutrition Reviews. 83(2) 280–306. https://doi.org/10.1093/nutrit/nuae043